Ayer se celebró en los Cines Cinesa Proyecciones de Madrid la III edición del Festival Internacional de Terror y Fantástico de Madrid con una sala practicamente llena y la demostración de que sigue existiendo amor por el cine, tanto entre el público, ávido de probar nuevas experiencias como entre los directores, dispuestos a arriesgarse y experimentar en un terreno tan complicado como el del cortometraje, en el que sin medios la mayoría de las veces y tirando de amigos, familiares y ahorros consiguen crear grandes obras que la mayoría de la veces no solo no son reconocidas si no que a veces no son casi ni vistas, que es lo primero que quiere un autor, es por ello, que pese a que evidentemente hubo cortos que me gustaron más que otros voy a intentar buscar el lado positivo de todos ellos porque se notaba tanto amor al cine entre los directores y los organizadores del festival que se merecen todos los apoyos que puedan tener.