Tenet

Tenet

Director: Christopher Nolan

Actores: John David Washington, Robert Pattinson, Elizabeth Debicki, Kenneth Branagh, Dimple Kapadia, Aaron Taylor Johnson, Himesh Patel, Michael Caine

Guión: Christopher Nolan

Productores: Christopher Nolan, Emma Thomas

Montaje: Jennifer Lame

Fotografía: Hoyte van Hoytema

Música: Ludwigh Goransson

Producción: Syncopy, Warner Bros

En sus tres últimos films Christopher Nolan va sin duda alguna a la caza de la grandeza, si en Interstellar intentó elevar la ciencia ficción a los altares a los que solo Kubrick había llegado (aunque fue Villeneuve el que se llevó el gato al agua) y en Dunkerque trataba de conseguir la experiencia inmersiva definitiva en el cine bélico (aunque su compatriota Sam Mendes le pasara la mano por la cara años después), con Tenet el realizador británico intenta una vez más ir más allá en otro género clásico, en esta ocasión el cine de espionaje.
Y tal vez, sea esa tendencia de Nolan a la grandiosidad y la búsqueda de lo definitivo, lo que le hace olvidarse de lo fundamental, hacer una buena película por sí misma y que sea el tiempo el que la juzgue.

Tenet quiere ser impactante desde el primer minuto y así lo demuestra con una espectacular setpiece inicial que deja algo aturdido al espectador, apuesta arriesgada si, sobre todo porque pronto descubriremos que la lleva hasta el final.

El film circula a tal velocidad en su pretensión de epatar que nunca se preocupa por unos personajes a los que sin embargo de un modo u otro sus interpretes logran elevar por encima del guión, ya sea John David Washington por su carismo, Robert Pattinson por que ya ha alcanzado una presencia que mejora cualquier guión que se le de o una Elizabeth Debicki que aprovecha ser la única protagonista con algo de historia y desarrollo.

Quizás el mayor problema de Nolan en esta ocasión es que su personalidad megalómana no tiene freno al ocuparse en solitario del guión y no se conforma con tener una buena idea y desarrollarla, si no que se empeña en recrearse sobre ella, manipularla y darlas vueltas para deformarla y complicarla hasta el extremo hasta que todo parezca más importante y relevante de lo que realmente es, defecto achacable a la mayoría de sus obras si, pero que aquí se ve multiplicado casi hasta el infinito. Aunque siendo justos hay que reconocer que aquí no se cae en la temida sobreexplicación y aún así el director se las arregla para que sea un personaje el que te explique verbalmente por qué no va a hacerlo. 

Y es que más allá de posibles paradojas o confusiones temporales Tenet no es tan complicada como quisiera pretender, simplemente hay que dejarse llevar y confiar en la intuición. Ese no es el problema, lo realmente grave es que es agotadora por puro exceso: Hilando setpieces de acción sin ningún sentido de continuidad narrativa, la media docena de misiones secundarias iniciales son absolutamente irrelevantes lo que hace que el primer tercio sea eterno, cuando parece que el film por fin se centra comienza el show de convertirla en innecesariamente complicada para desafiar al espectador (algo que no debería suponer demasiado reto a cualquier aficionado medio a la ciencia ficción acostumbrado a la temática temporal) y que sienta que está ante algo mucho más grande de lo que realmente es. 

La falta de conexión emocional con sus protagonistas y la ausencia de sensación de amenaza real o sorpresa (por la propia lógica del film todos sus giros están exageradamente telegrafiados) consiguen que en lugar de disfrutar de un clímax final estemos más pendientes de ver si hemos reunido y colocado bien todas las piezas del puzle.

Técnica y visualmente Tenet es asombrosa, de eso no se puede dudar ni un momento, a pesar de todos sus peros entretiene, pero a nivel emocional me olvidaré de ella en pocos días más allá de las puntuales peleas con sus seguidores.

Y sin embargo, dicho todo esto, creo que Tenet es una película necesaria, mucho más en estos momentos, pero como ya se dijo en una ocasión, siempre hay alguien que ya lo ha expresado mejor que tú, así que si no lo puedes superar, róbaselo y aprovéchate.

Todo en Nolan es HIPERBOLICO, SOBREESDRUJULO y MAYÚSCULO ... hasta las críticas. Nolan es el DEMIURGO de su juguete sofisticado y existencial y por lo tanto no hay debate que valga. Lo tomas o lo dejas pero a lo GRANDE. VIVA EL CINE CON PERSONALIDAD aunque no sea la nuestra. pic.twitter.com/IogDgKPFwB

— Enrique Lavigne (@enriquelavigne) August 26, 2020