Megalodón. Título original: The Meg
Director: Jon Turteltaub
Actores: Jason Statham, Bingbing Li, Rainn Wilson, Ruby Rose, Cliff Curtis, Winston Chao
Guión: Dean Georgaris, Jon Hoeber, Eric Hoeber (Basado en el libro de Steve Alten)
Productores: Belle Avery, Lorenzo di Bonaventura, Colin Wilson
Montaje: Steven Kemper, Kelly Matsumoto
Fotografía: Tom Stern
Música: Harry Gregson Williams
Producción: Apelles Entertainment, Di Bonaventura Pictures, Flagship Entertainment Group, Gravity Pictures, Maeday Productions
Los fans de la novela de Steve Alten (entre los que me incluyo) llevamos años soñando con la adaptación a la gran pantalla de The Meg, cuando se anunció Megalodón como un Jason Statham vs tiburón de 20 metros sin embargo ya empezamos a sospechar que la cosa se podía salir un poco de madre. Y efectivamente, el parecido de la película con el libro más allá de su premisa inicial es escaso y curiosamente pese a esto, Megalodón consigue salir a flote como un blockbuster sin pretensiones la mar de entretenido.
Se puede abordar Megalodón desde dos puntos de vista, el del fan cabreado por ver como la película se olvida prácticamente todo el material de partida y olvida el gore y la mala leche que son la principal seña de identidad de la novela, aviso, en ese caso estáis jodidos.
La otra opción es dejarse llevar y olvidarse de todo, entonces descubrimos con sorpresa que se puede hacer una película de aventuras blanca y familiar con un tiburón de 20 metros y además conseguir que sea tremendamente divertida y entretenida.
Megalodón abraza sin complejos su falta de pretensiones y recuerda mucho más a cualquier aventura Disney ochentera protagonizada por Kurt Russell que a gamberradas rozando la serie B como Deep Blue Sea, Piranha o Deep Rising.
Jon Turteltaub no es ningún virtuoso, pero si un buen artesano que se limita a que el film fluya de escena en escena consiguiendo un ritmo sorprendente apoyado en un siempre carismático Jason Statham y un elenco de secundarios tan lleno de arquetipos como efectivo en sus clichés.
A partir de ahí solo queda disfrutar de los distintos enfrentamientos entre Statham y el monstruo, y de la sucesión de escenas disparatadas y absurdas que lejos de provocar vergüenza en el espectador consigue su sonrisa y complicidad y es que Megalodón deja claro que aquí hemos venido a divertirnos y si para hacerlo hay que poner a un perro ridículo huyendo de un tiburón gigante mientras una novia chilla desconsolada pues se hace.
Es cierto que duele la oportunidad perdida de ver en la gran pantalla un material tan potente como la novela de Steve Alten (recomendadísima su lectura y más en verano), también que el film podría ser un loquísimo desenfreno gore, pero eso es cine ficción, lo que es una realidad es que Megalodón es una cinta que recupera la tradición del cine de aventuras familiar que nos regala dos horas de diversión y nos saca de la sala de cine con una sonrisa y la sensación de que oye, es una tontería pero que bien me lo he pasado.
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