La guerra del planeta de los simios. Título original: War for the planet of the Apes
Director: Matt Reeves
Actores: Andy Serkis, Woody Harrelson, Steve Zahn, Karin Konoval, Terry Notary, Michael Adamthwaite, Gabriel Chavarria, Amaiah Miller
Guión: Matt Reeves, Mark Bomback, Amanda Silver, Rick Jaffa
Productores: Amanda Silver, Rick Jaffa, Mark Bomback, Peter Chernin, Dylan Clark
Montaje: William Hoy, Stan Salfas
Fotografía: Michael Seresin
Música: Michael Giacchino
Producción: Chernin Entertainment, TSG Entertainment, 20th Century Fox
Si algo ha caracterizado la carrera de Matt Reeves hasta ahora, si exceptuamos ese pecadillo de juventud que fue su debut cinematográfico con una comedia tontorrona, es su capacidad para tomar riesgos. Lo hizo con una película como Cloverfiel que bajo la batuta del genio de la promoción JJ Abrams provocó odios y amor por igual en uno de los pocos ejemplos de buena utilización del found footage, no contento con eso, el director neoyorquino se atrevió con el remake de una de las películas de terror más aclamadas del nuevo siglo, Let Me In, no solo superando una posible trampa si no además pasando el examen con nota. La última prueba de su valentía fue el coger las riendas de una trilogía que ya había comenzado otro director con buenos resultados y lograr un éxito aún mayor que su predecesor tanto a nivel de crítica como de público con El amanecer del planeta de los simios.
No nos debería extrañar por tanto que Reeves de nuevo vuelva a pillar por sorpresa al espectador, si en El amanecer lo hacía por el análisis casi antropológico que se hacía de la sociedad simia en los primeros minutos del film, aquí es justamente al contrario, y es que la película comienza mostrándonos esa guerra que promete el título para virar poco después tomando un rumbo que ni el más aventurado podría adelantar, sin abandonar el género bélico, pero tomando un derrotero inesperado.
War for the planet of the apes sigue a la vez con varias de las señas de identidad que han conformado esta saga, en primer lugar dar a los simios el absoluto protagonismo, algo que aunque parezca contradictorio sirve para observar en profundidad el comportamiento humano.
En segundo lugar y sobre todo, remarcar que esta trilogía es la historia de César, es el eje, el motor, la causa y el fin de todo lo que vemos, y la película va a muerte con él desde el principio. El film toca muchos palos, podríamos pensar en ella como una película de denuncia social del racismo, pero también como un film bélico de campo de concentraciones con evasión incluida por citar algunas de sus influencias, de hecho la propia película juega de modo descarado con ellas, destacando ese Woody Harrelson a lo Coronel Kurtz en su propio Ape-pocalypse Now. Sin embargo La Guerra del planeta de los Simios es la consecución de la historia de Cesar y todo lo que experimentó en los dos films anteriores se ve aquí representado, llegando incluso a otorgarle un carácter mesiánico poco disimulado. Pocas palabras por tanto para la nueva exhibición de Andy Serkis con un trabajo completísimo, aunque esta vez sea Steve Zahn el verdadero robaplanos del film.
La película avanza a un ritmo vertiginoso y hace que sus 140 minutos se pasen en un suspiro, y es que pasan muchas cosas pero todas disponen de su tiempo para brillar y dejar huella. Absolutamente destacable es la probablemente mejor utilización de un alivio cómico en los últimos años, consiguiendo que con cada aparición de este personaje la película respire sin que nunca llegue a cansar al espectador.
En el apartado técnico Michael Seresin vuelve a demostrar su maestría a la hora de fotografiar los espacios abiertos y naturales, conjugándolo en esta ocasión con el ambiente bélico que requiere el film. Algo menos acertada es sin embargo la utilización de la banda sonora del gran Michael Giacchino, no por ser una composición inadecuada ni mucho menos, si no por la excesiva presencia que se le da a la música en muchos momentos para subrayar los sentimientos de los personajes en una película con muchos pasajes casi mudos, dejando sensación de cierta impostura y poca naturalidad en la conjunción de música e imágenes.
Probablemente el mayor pecado de La guerra del planeta de los simios, sea no ser tan redonda como su antecesora, pero sin duda, constituye un broche de oro final para una trilogía que se sitúa entre las más destacadas de lo que llevamos de siglo, y lo hace siendo un blockbuster que reniega constantemente de su carácter de blockbuster. Lo que ya decíamos, vaya huevos le echa este Reeves al asunto.
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