domingo, 14 de septiembre de 2014

Jersey Boys

Jersey Boys

Director: Clint Eastwood

Actores: John Lloyd Young, Vincent Piazza, Christopher Walken,
Michael Lomenda, Erich Bergen, Mike Doyle, Renée Marino y Freya Tingley.

Guión: Marshall Brickman y Rick Elice. Basado en la obra de teatro musical.

Productores: Clint Eastwood, Tim Headington, Graham King y Robert Lorenz.

Montaje: Joel Cox y Gary Roach.

Fotografía: Tom Stern.

Producción: Warner Bros, Malpaso Productions, GK Films, RatPac Entertainment y Four Seasons Partnership



Jersey Boys es la mejor demostración de la dificultad de definir y comprender la magia del cine, como un proyecto que en un principio reunía todos los ingredientes para convertirse en una gran obra acaba siendo una tremenda decepción.

En un principio mezclar a un director como Clint Eastwood, con una magnífica banda sonora y una historia tan potente como el nacimiento y desarrollo de una banda emblemática dentro del mundo de la música como los Four Seasons, con conexiones con la mafia, dramas personales y disputas internas incluidas, debería ser un cóctel con garantía de éxito pero lamentablemente en ésta ocasión no lo es.





La clave de todo siempre es el guión

Jersey Boys es fundamentalmente la historia de Frankie Valli, pero también la narración del auge y caída a nivel musical e incluso personal de los Four Seasons, una de las bandas musicales más importantes de la década de los 60.

Pocos peros se le pueden poner a la dirección de Eastwood que continua ofreciéndonos su clasicismo habitual a la hora de rodar pero que en ésta ocasión nos sorprende con continuas rupturas de la cuarta pared para que los protagonistas se dirijan directamente al espectador (recordando al estilo de Goodfellas) lo que hace más dinámica la narración y demuestra que el veterano director aún está dispuesta a experimentar y hacer cosas nuevas.

La música como no podía ser de otra manera es una de la protagonistas principales de la función, y si bien la mayoría de números musicales son bastante discretos, limitándose a ofrecer sus grabaciones, ensayos o actuaciones, las canciones son conocidas por todos y es inevitable tararear esos estribillos tan pegadizos, sin poder compararse con Valli hay que reconocer que John Lloyd Young posee una voz maravillosa.



Pero si esos son los principales puntos a favor hay dos aspectos que lastran enormemente el conjunto final del film, en primer lugar los actores, total ausencia de carisma entre los protagonistas donde únicamente destaca Vincent Piazza, que roba cada escena en la que aparece y cuya ausencia en el tercio final hace que la película se resienta muchísimo, es éste tercio final en el que se demuestra que a John Lloyd Young aún le queda mucho por delante para que su capacidad actoral iguale a sus grandes dotes vocales ya que en el momento que todo el peso de la historia recae sobre sus hombros todo se vuelve anodino e incluso soporífero. Michael Lomenda y Erich Bergen son completamente intrascendentes y es una pena que Christopher Walken y Mike Doyle estén tan desaprovechados, cuando en los pocos momentos que disfrutan en pantalla elevan enormemente el nivel.

Sin embargo es el guión el causante de la mayoría de males del film, no se puede acusar a Marshall Brickman y Rick Elice de desconocer el material ya que ellos son los autores del libreto del musical, tampoco se puede dudar del talento de Brickman, autor de geniales guiones como Annie Hall o Manhattan, pero en ésta ocasión no han logrado dar con la tecla y no han conseguido que lo que funciona sobre el escenario lo haga también en la gran pantalla.
El principal problema es la multitud de frentes que abre sin llegar a ahondar en ninguno, ni en las insinuaciones de la conexión de la banda con la mafia (lastima de nuevo que no se le diera más importancia al personaje de Tommy DeVito), ni en el drama familiar del propio Frankie (no puedes pretender situar a la hija como uno de los puntos claves de la historia cuando no te has molestado en desarrollar su personaje durante todo el metraje), ni en las claves que llevaron a la destrucción de la banda, quedando finalmente en el espectador una sensación de haber visto un resumen acelerado de la historia de éste grupo en el que se han querido contar demasiadas cosas pero ninguna de ellas nos ha sido explicada de manera correcta.



Es una pena que un proyecto que apuntaba tan alto se haya quedado finalmente en un producto tan insatisfactorio, pero cuando uno de los principales cimientos falla de manera tan estrepitosa como es en éste caso el guión, toda la obra se va a derrumbar sin ningún tipo de duda. Los admiradores de Eastwood apreciarán su labor, pese a ser una de sus películas más impersonales éste hombre rueda como los ángeles y eso no hay quién lo pueda negar (el robo de la caja fuerte, ese momento final bajo la farola, son varias las escenas que deja para el recuerdo), los amantes de la música de los Four Seasons saldrán con una sonrisa en la boca al poder recordar sus grandes canciones, pero el amante del cine en general quedará enormemente decepcionado ante lo que pudo ser y lo que finalmente fue, una película que simplemente llega al aprobado y de manera muy justita.
Una pena, a pesar de todo seguiremos confiando en Don Clint Eastwood y que vuelva a recuperar el toque que parece haber perdido con sus últimas películas.

P.D: No he querido hacer mención a ello en toda la crítica, pero de nuevo nos encontramos con una película de Eastwood en los que el maquillaje parece más de Muchachada Nui que de un film de gran presupuesto, debería hacérselo mirar.

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