Director: Bryan Singer.
Actores: Hugh Jackman, James McAvoy, Jennifer Lawrence, Michael Fassbender, Nicholas Hoult, Patrick Stewart, Ian McKellen, Peter Dinklage y Evan Peters.
Guión: Simon Kinberg, Matthew Vaughn y Jane Goldman.
Productores: Bryan Singer, Simon Kinberg, Lauren Shuler Donner y Hutch Parker.
Montaje: John Ottman y Michael Louis Hill.
Fotografía: Newton Thomas Sigel.
Música: John Ottman.
Producción: Twentieh Century Fox, Bad Hat Harry y Marvel Entertainment.
Bryan Singer fue allá por el año 2000 (y esto es algo que quizás nunca se le haya reconocido lo suficiente) el director que nos trajo el cine de superhéroes tal y como lo conocemos hoy, es cierto que ya se habían filmado películas con mayor (Superman de Donner, Batmtan de Burton) o menor suerte (Dick Tracy, The Rocketeer o incluso la bizarra Capitán América de Albert Pyun) pero no fue hasta comienzos de éste siglo cuando un joven y talentoso director como Singer consiguió trasladar a la gran pantalla de manera realmente fiel lo que veíamos en las páginas del cómic, justo al año siguiente Peter Jackson estrenaba su primera entrega de El Señor de los anillos y nos dimos cuenta que por fin ya existían los medios y la tecnología suficiente para que el cine mostrara en imágenes lo que antes no podía salir de las páginas de un libro o un cómic.
Quizás en ésta época de sobreexplotación del género heroico no se vea de igual manera, pero es difícil explicar la emoción que sentí cuando vi el primer trailer de X Men hace ya más de 14 años, estando un grupo de amigos reunidos alrededor de un antiguo modem de los que hacía ruido cada vez que se conectaba y que te hacía esperar diez o quince minutos para cargar un simple trailer de un minuto y medio, pero esa espera mereció la pena, era algo nuevo y espectacular, nunca visto hasta el momento.
Es por ello que la vuelta de Bryan Singer al grupo de mutantes que le dio fama me provocaba una mezcla de sensaciones ya que tras abandonar a la Patrulla X el director de Nueva York ha tenido una carrera bastante irregular, con un intento de lo más decepcionante de trasladar su éxito en el cine de superhéroes hacia la figura del icónico Superman, un thriller más que interesante como Valkiria o una apuesta por el cine de aventuras como Jack el Cazagigantes sin demasiado acierto y además después de la decepcionante tercera parte y la bochornosa X-Men Orígenes: Lobezno, Matthew Vaughn había conseguido recuperar la saga de manera brillante con su vuelta a los inicios en X-Men Primera Generación. Pero a pesar de todo esto sentía que había que darle una oportunidad a Singer, aunque solo fuera como reconocimiento a lo que logró en el año 2000 y con su incluso superior secuela.
Una película esclava de su propio objetivo
En X-Men: Días del futuro pasado nos encontramos con un futuro apocalíptico en el que los mutantes han sido casi exterminados por los centinelas, el arma definitiva de la raza humana contra los portadores del gen X. Tras una breve introducción explicativa, la película nos mete directamente en materia con una espectacular batalla entre un pequeño grupo de resistencia mutante y los temibles centinelas, escena rodada y montada de forma sobresaliente que nos introduce en acción y nos muestra el poder de los centinelas sin tener que recurrir a la explicación dialogada, algo de lo que abusa la película durante el resto de su metraje, ya que tras éste prometedor inicio la película se convierte en una montaña rusa de subidas y bajadas de nivel, fruto de un guión en el que abundan las casualidades, la petición continua de complicidad del espectador y el intento de contar demasiadas cosas en poco tiempo lo que hace que las escenas en la que alguno de los protagonistas nos explica verbalmente lo que está ocurriendo se acaben haciendo pesadas y repetitivas, debido a un guión perezoso y sin capacidad de utilizar las imágenes para hacer que la historia avance.
Pese a ello hay que reconocer que cuando el film coge ritmo alcanza unas cotas de espectacularidad y entretenimiento que la coloca en los primeros puestos del cine de acción y superhéroes de las últimos tiempos, como es toda la parte que transcurre justo después de la llegada al pasado de Lobezno con la presentación de Quicksilver, (auténtico descubrimiento del film con un Evan Peters fresco, divertido y descarado capaz de robar planos a tres actores de la talla de Jackman, Fassbender y McAvoy) y el plan para rescatar a Magneto en una especie de homenaje al cine de robos.
Lamentablemente también abundan los problemas para dotar a la película de una carga dramática sólida y la incapacidad de dar importancia a ciertos personajes en una historia tan coral. La parte del futuro y sus personajes están completamente desaprovechados sin apenas desarrollo ni sensación de riesgo y urgencia excepto en los últimos minutos, la escena del encuentro entre los dos Xavier pedía muchísima más fuerza e importancia en el desarrollo del film ya que el papel de James McAvoy es el que tiene una historia en principio más jugosa en ésta película y es que el resto de personajes quedan bastante desdibujados lo que se convierte en el principal problema del film como dije anteriormente.
Comenzando por una Mistica a la que se le quiere dar más peso en la historia debido al éxito de Jennifer Lawrence pero cuyo personaje al menos a mi nunca me llega a enganchar como si lo hacen otros protagonistas de la saga, un Magneto que pierde toda la brillante complejidad de la que le dotó Vaughn en la película anterior para convertirle un villano arquetípico que cambia de motivaciones de una escena a otra sin demasiada causa aparente y solo se libra de ésta simpleza en los momentos en los que Fassbender se desata como es su enfrentamiento final con Wolverine o en la escena del avión y llegando al mismo Lobezno, personaje que Jackman tiene completamente dominado pero que en ésta ocasión parece que únicamente esta ahí para ejercer de hilo conductor de la historia debido a que es el héroe de más éxito de la saga.
Mientras tanto personajes como Bolivar Trask, Kitty Pride, Coloso o el Hombre de Hielo quedan completamente desdibujados cuando podían insuflarle un aire nuevo a la saga que creo que comienza a necesitar, en éste aspecto no creo necesario mencionar a personajes como Tormenta, Picara o algunos más que no voy a desvelar para no caer en spoilers, ya que su presencia son más cameos que otra cosa.
¿Es entonces por todo esto que estoy comentando X-Men: Días del Futuro Pasado una mala película? No, ni muchísimo menos, la película tiene sus momentos de espectacularidad y entretenimiento, pero si deja una sensación enorme de oportunidad desaprovechada de haber logrado una historia mucho más compleja e interesante con las múltiples posibilidades que le ofrecían las dos líneas temporales y que se pierden debido a un guión perezoso y falto de garra, oportunidad perdida de mostrar por fin a los centinelas como villanos principales algo que todo fan de los X-Men lleva deseando desde la primera película y oportunidad perdida de aprovechar el impulso que le dio First Class a la saga para renovarla y llevarla por otros derroteros pero todo ello se queda atrás convirtiendo a esta película en una bisagra para lograr el objetivo del director (ATENCIÓN POSIBLE SPOILER) que no es otro que borrar casi todo lo sucedido en la tercera parte (FIN DEL SPOILER) y preparar la acción para X-Men: Apocalypse en la que esperemos que por fin Singer demuestre que es capaz de dar otra vuelta de tuerca al cine de superhéroes como ya lo hizo hace más de una década, la taquilla le ha acompañado en éste primer intento, esperemos que la historia y los personajes lo hagan en el próximo.
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